iovanni inicia su actividad en el taller paterno junto a su hermano Gentile. En sus pinturas del perφodo juvenil, hasta 1460 aproximadamente, Giovanni cultiva el estilo g≤tico tardφo de su padre, pero enseguida se acusa en su producci≤n la influencia del
arte de su cu±ado Andrea Mantegna, sobre todo en obras como la \i Transfiguraci≤n\i0 (Venecia, Museo Correr) o la \i Crucifixi≤n\i0 del Museo de Pesaro. Sin embargo, la pintura de Bellini se aleja de la Θpica vehemente de Mantegna para inclinarse haci
a una mayor relaci≤n entre las figuras y el paisaje, y hacia una mayor suavidad y riqueza de tonos y variaciones cromßticas.\par
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Estos elementos caracterizan obras como la \i Piedad\i0 (Milßn, Pinacoteca de Brera) y el \i polφptico de San Vicente
Ferrer\i0 (Venecia, iglesia de los Santos Juan y Pablo), con las que Bellini alcanza plena madurez artφstica. A principios de la dΘcada de 1470, el pintor realiza el \i Retablo de Pesaro\i0 con la \i Coronaci≤n de la Virgen\i0 , que en su grandiosa y
lφmpida estructura espacial revela el conocimiento de Piero della Francesca y de los maestros flamencos de la Θpoca. Tal conocimiento se pone de manifiesto tambiΘn en otras obras posteriores, como la \i Transfiguraci≤n\i0 de Nßpoles o el \i San Jer≤nimo
\i0 (Florencia, palacio Pitti), hasta llegar a las solemnes composiciones del \i Retablo de San Job\i0 (Venecia, Galerφa de la Academia) y del trφptico de la iglesia de Santa Maria Gloriosa dei Frari, en Venecia (1488).\par
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Resulta sumamente imp
ortante para Bellini el contacto con la obra de Antonello da Messina, en Venecia, entre 1474 y 1476, con quien mantiene una compleja relaci≤n de influencia recφproca: el siciliano descubre los grandes retablos venecianos, mientras que Bellini adquiere un
a mayor sensibilidad en la percepci≤n de la luz y en el planteamiento de los retratos (\i Retrato de Jacopo Marcello\i0 , Washington, National Gallery).\par
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A partir de los primeros a±os del siglo XVI, se advierte una profunda renovaci≤n en la cre
aci≤n artφstica de Bellini, que no vacila en aceptar el reto de la nueva generaci≤n, de Giorgione al joven Tiziano. En el \i Retablo de San Zacarφas\i0 se revela en efecto un extraordinario equilibrio formal y una riqueza de colorido tal, que parece una
respuesta al retablo realizado por Giorgione para la catedral de Castelfranco. En sus ·ltimos a±os, Bellini retoma y renueva el tema de la Virgen con el Ni±o (fechada en 1510, Milßn, Pinacoteca de Brera), pero en su producci≤n aparecen tambiΘn obras de
tema profano y mitol≤gico, como el \i Festφn de los dioses\i0 (Washington, National Gallery), en la que lleva a su mßs alto nivel los elementos narrativos para dar el mßximo relieve posible al paisaje y a la atm≤sfera.\par
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En su larga trayectori
a artφstica, Bellini obedece con coherencia a valores formales precisos, al mismo tiempo que manifiesta una gran apertura a las sugerencias y a la obra de otros maestros de la Θpoca; por ello se le considera como el autΘntico iniciador del renacimiento v